#Malditos 16

El 15 de enero nuestro café literario giró en torno a #Malditos 16, de Nando López, una obra que no dejó impasible a nadie. La combinación adolescencia/suicidio es uno de los grandes tabúes de nuestra sociedad, sin embargo el suicidio es la segunda causa de muerte entre los adolescentes. Esta fue la razón principal por la que decidimos leer esta obra, a pesar de la dureza del tema, ya que todos los que asistimos al café tenemos hijos e hijas en esas edades. 

Fuimos conscientes de la dificultad de nuestros adolescentes para encontrarse a sí mismos tanto en casa como en el instituto y, por supuesto, en la sociedad que les ha tocado vivir de la mano de Ali, Naima, Dylan y Rober, que con veintitantos años se reúnen de nuevo en el hospital donde estuvieron internados durante un tiempo después de intentar suicidarse. De esta forma vuelven a revivir aquella época compleja, donde se va a poner sobre el papel las causas más frecuentes de intento de suicidio: los trastornos alimenticios (anorexia y bulimia), los abusos sexuales a menores por parte de personas adultas, la identidad de género, el acoso escolar y los problemas extremos de relación en las familias.

Una propuesta magnífica de Nando López, autor de la obra, que además de novelista y dramaturgo es docente, por lo que no habla de oídas de este asunto, sino como analista y espectador de primera fila de los problemas adolescentes y eso se nota en la obra. Todo esto explica el gran manejo que realiza del lenguaje; en boca de sus personajes pone el lenguaje de la calle, un lenguaje duro, directo, hostil en ocasiones y atravesado por la insolencia y esa certeza que solo da la inconsciencia de quien, como el adolescente, se siente incomprendido, maltratado y harto de tener que luchar contra molinos de viento. 

#Malditos 16 es probablemente la obra teatral que más llegue a un mayor número de adolescentes puesto que pone sobre la mesa una serie de circunstancias personales que les ayudan a comprender que sus problemas los tienen otros muchos adolescentes que, como ellos, prefieren ocultar una realidad personal y muy dolorosa que la sociedad no quiere ver porque quizá le resulta demasiado incómoda.

El toque dulce lo puso, como de costumbre, Marisa con una espléndidas cookies de chocolate que tanto gustan a los jóvenes. Y entre galleta y galleta decidimos que el próximo café será el 12 de febrero a las 17:30h. Será un café muy especial porque contaremos con la presencia de David Galán, Redry, que nos contará su experiencia desde que obtuvo el premio Espasa de poesía. Si después nos queda fuerza, leeremos y comentaremos el primer capítulo de Quijote.