En los cursos de 1º a 4º de ESO se trabajó el poema "En el infierno había un violoncello" de Rosa Chacel, que ha sido la autora vallisoletana seleccionada para el proyecto.
En el infierno había un violoncello
entre el café y el humo de pitillos
y cien aulas con libros amarillos
y nieve y sangre y barro por el suelo.
entre el café y el humo de pitillos
y cien aulas con libros amarillos
y nieve y sangre y barro por el suelo.
Pero tú, resguardada por el velo
de tus cristales de lucientes brillos,
pasabas, seria y pura, en los sencillos
compases de tu fe y de tu consuelo.
de tus cristales de lucientes brillos,
pasabas, seria y pura, en los sencillos
compases de tu fe y de tu consuelo.
Algunas veces fuimos, de la mano,
por las venas del bosque y la corneja
cantó melancolía en nuestras almas,
por las venas del bosque y la corneja
cantó melancolía en nuestras almas,
si nos separa el Abrego inhumano,
no llores mi amistad hoy que se aleja,
entrega al viento el talle de tus palmas.
no llores mi amistad hoy que se aleja,
entrega al viento el talle de tus palmas.
Una vez entendido el poema, el alumnado de esos cursos, guiado por los profesores de Plástica, realizó un dibujo sobre lo que le inspiraba el poema. Se eligieron las mejores obras que constituyeron la base de un mural realizado por Izaskun Sánchez, con la participación activa de los alumnos y alumnas de Secundaria Obligatoria, que estuvieron encantados de ayudarla.
Y el resultado, espectacular, os lo mostramos en la imagen.
Al mismo tiempo los alumnos y alumnas de Bachillerato han realizado un encuentro con Antonio Piedra, director de la fundación Jorge Guillén y experto en la figura de Rosa Chacel.
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